MI HIJO TIENE PESADILLAS

Las pesadillas están agrupadas dentro de un grupo de los trastornos del sueño denominado PARASOMNIAS. Ya hemos hablado sobre ellas anteriormente al tratar los TERRORES NOCTURNOS y explicar las diferencias que éstos presentan frente a las pesadillas. No son lo mismo, no.

¿QUÉ SON LAS PESADILLAS?

Una Parasomnia es aquella alteración del sueño en la que se producen movimientos no apropiados para la fase del sueño, conductas impropias, alteraciones a nivel emocional e incluso percepciones y sueños extraños mientras se duerme.

Por lo general, las pesadillas comienzan a aparecer sobre los 24 meses (dos años) y los 36 meses (tres años). Los niños suelen comenzar con pesadillas antes que las niñas. Entre los 2-3 años y los 6 años encontramos la fase en la que las pesadillas se presentan con mayor intensidad y frecuencia. Posteriormente tienden a ir desapareciendo gradualmente hasta llegar a la adolescencia, aunque los adolescentes y los adultos tengan pesadillas de vez en cuando.

Las pesadillas, por lo general, aparecen en la segunda mitad de la noche, ya que se desarrollan durante una fase del sueño denominada REM.  En el momento de sufrir una pesadilla, el niño se despertará con mucho miedo, asustado, nervioso, probablemente con sudoración y con respiración y frecuencia cardíaca aceleradas. El niño recordará perfectamente el sueño, aspecto que complicará mucho su vuelta al sueño y le costará volverse a quedar dormido. Este aspecto difiere radicalmente de los terrores nocturnos en los que el niño, a los dos o tres minutos vuelve a dormirse y al despertarse por la mañana no recuerda nada de lo sucedido. Recordar perfectamente el sueño es un aspecto que juega en contra del niño, pues la calidad del recuerdo es muy nítida y muy vivaz, podría hacer una perfecta descripción de personajes (personas o monstruos), sitios, palabras, gritos, sonidos… lo que dificultará mucho que pueda tranquilizarse y que vuelva a dormirse.

Es posible que encontremos otro tipo de pesadillas, en la primera mitad de la noche, en la fase No REM, asociadas más a aspectos traumáticos, efectos secundarios de algunos fármacos o tratamientos médicos, o secundarias a un cuadro patológico.

¿CUÁNDO DEBEN PREOCUPARNOS LAS PESADILLAS?

Todos recordamos haber despertado de una pesadilla y somos capaces de evocar el malestar con el que nos despertamos en esa situación, por lo que si ve a sus hijos en una situación similar, debe comprender que es normal. No nos deben preocupar las pesadillas en sí, si no lo que pueden provocar, es decir, nos vamos a tener que empezar a preocupar cuando a raíz de las pesadillas el niño presente insomnio o miedo a quedarse dormido, cuando posterior a una pesadilla sea incapaz de volver a dormirse y se quede despierto varias horas. Como consecuencia directa de la ausencia de sueño, encontraremos disminución del rendimiento escolar, ansiedad, ánimo deprimido, relaciones sociales retraídas, introspección, conducta alterada (siendo frecuente que se enfade mucho de forma explosiva), alteraciones en la alimentación, etc. Es en este momento cuando debemos pensar en consultar a un especialista, pues comenzaría a observarse un deterioro en la vida académica, social y personal. Dichos aspectos pueden repercutir muy negativamente en la vida de un niño. También debemos preocuparnos por el momento en el que aparecen las pesadillas. Siga leyendo, en el significado de las pesadillas le explicamos otros momentos en los que debemos preocuparnos.

¿SIGNIFICAN REALMENTE ALGO LAS PESADILLAS?

Sí… y no.Veamos. La Psicología, generalmente la corriente psicodinámica sí ofrece una interpretación a los sueños y a las pesadillas (bastante controvertida) en lo referente a su contenido. En cuanto al hecho de que un niño presente pesadillas, es totalmente cierto que una pesadilla puede ser lo más normal en un niño y no tener gran trascendencia o estar significando una manifestación de ansiedad, preocupación, inseguridad, miedo incluso acoso escolar o algún tipo de abuso.  

Por tanto TAMBIÉN DEBEMOS PREOCUPARNOS si nuestro hijo de pronto comienza a tener pesadillas de forma continuada. Deberemos valorar si existe algún factor escolar, familiar, social o personal que pueda estar influyendo en dicha situación. Probablemente desde casa nos resulte complejo, pues la mayor parte de estas situaciones o bien no suelen transmitirse en casa de forma directa (acoso escolar, abusos), o bien el propio niño no es capaz de reconocer una situación que le preocupa (ansiedad, miedo, inseguridad…). Sería un buen momento de consultar a un especialista. En un par de sesiones puede valorarse si detrás de esas pesadillas existe algo más o son simplemente unas pesadillas, digamos, evolutivas.

Por tanto, significan algo en tanto en cuanto pueden estar indicando un momento crítico para el niño: separación de los padres, problemas en el Colegio, problemas de relación social, miedo, ansiedad, etc. Pero no tienen por qué significar algo, pudiendo ser algo habitual en el desarrollo del niño. 

Si tiene alguna duda o desea consultar con nosotros algún aspecto relacionado con las pesadillas de su hijo o cualquier otra preocupación que tenga, no dude en llamarnos. Estaremos encantados de asesorarle desde la primera llamada y de indicarle si hay motivo para trabajar con su hijo o si debemos esperar algún tiempo para valorar la evolución. Le podremos dar algunas pautas a seguir y hacerle un seguimiento sin compromiso alguno por su parte.

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