Mi hijo tiene pesadillas

En muchas ocasiones recibo consultas en las que un padre una madre preocupada me dice: «Mi hijo tiene pesadillas». En este artículo te cuento todo lo que tiene que saber sobre las Pesadillas Infantiles.

Mi hijo tiene pesadillas

Si eres de los padres o madres que pienan «mi hijo tiene pesadillas», debes saber que las pesadillas están agrupadas dentro de un grupo de los trastornos del sueño denominado PARASOMNIAS. Ya hemos hablado sobre ellas anteriormente al tratar los TERRORES NOCTURNOS y explicar las diferencias que éstos presentan frente a las pesadillas. No son lo mismo, no.

Escucha»15 – Pesadillas» en Spreaker.

¿Qué son las pesadillas?

Una Parasomnia es aquella alteración del sueño en la que se producen movimientos no apropiados para la fase del sueño, conductas impropias, alteraciones a nivel emocional e incluso percepciones y sueños extraños mientras se duerme.

Por lo general, las pesadillas comienzan a aparecer sobre los 24 meses (dos años) y los 36 meses (tres años). Los niños suelen comenzar con pesadillas antes que las niñas. Entre los 2-3 años y los 6 años encontramos la fase en la que las pesadillas se presentan con mayor intensidad y frecuencia. Posteriormente tienden a ir desapareciendo gradualmente hasta llegar a la adolescencia, aunque los adolescentes y los adultos tengan pesadillas de vez en cuando.

Las pesadillas, por lo general, aparecen en la segunda mitad de la noche, ya que se desarrollan durante una fase del sueño denominada REM.  En el momento de sufrir una pesadilla, el niño se despertará con mucho miedo, asustado, nervioso, probablemente con sudoración y con respiración y frecuencia cardíaca aceleradas. El niño recordará perfectamente el sueño, aspecto que complicará mucho su vuelta al sueño y le costará volverse a quedar dormido. Este aspecto difiere radicalmente de los terrores nocturnos en los que el niño, a los dos o tres minutos vuelve a dormirse y al despertarse por la mañana no recuerda nada de lo sucedido. Recordar perfectamente el sueño es un aspecto que juega en contra del niño, pues la calidad del recuerdo es muy nítida y muy vivaz, podría hacer una perfecta descripción de personajes (personas o monstruos), sitios, palabras, gritos, sonidos… lo que dificultará mucho que pueda tranquilizarse y que vuelva a dormirse.

Es posible que encontremos otro tipo de pesadillas, en la primera mitad de la noche, en la fase No REM, asociadas más a aspectos traumáticos, efectos secundarios de algunos fármacos o tratamientos médicos, o secundarias a un cuadro patológico.

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¿Cuándo deben preocuparnos las Pesadillas?

Todos recordamos haber despertado de una pesadilla y somos capaces de evocar el malestar con el que nos despertamos en esa situación, por lo que si ve a sus hijos en una situación similar, debe comprender que es normal. No nos deben preocupar las pesadillas en sí, si no lo que pueden provocar, es decir, nos vamos a tener que empezar a preocupar cuando a raíz de las pesadillas el niño presente insomnio o miedo a quedarse dormido, cuando posterior a una pesadilla sea incapaz de volver a dormirse y se quede despierto varias horas. Como consecuencia directa de la ausencia de sueño, encontraremos disminución del rendimiento escolar, ansiedad, ánimo deprimido, relaciones sociales retraídas, introspección, conducta alterada (siendo frecuente que se enfade mucho de forma explosiva), alteraciones en la alimentación, etc. Es en este momento cuando debemos pensar en consultar a un especialista, pues comenzaría a observarse un deterioro en la vida académica, social y personal. Dichos aspectos pueden repercutir muy negativamente en la vida de un niño. También debemos preocuparnos por el momento en el que aparecen las pesadillas. Siga leyendo, en el significado de las pesadillas le explicamos otros momentos en los que debemos preocuparnos.

Mi alumno tiene pesadillas
Si eres docente, haz clic en la imagen para acceder a un artículo en el que te cuento cómo abordar las pesadillas desde tu propia clase, con dinámicas de aula y 7 claves para ayudar a un escolar con pesadillas… ¡No me digas que no es una buena idea para el PAT!

¿Significan algo realmente las Pesadillas?

Sí… y no.Veamos. La Psicología, generalmente la corriente psicodinámica sí ofrece una interpretación a los sueños y a las pesadillas (bastante controvertida) en lo referente a su contenido. En cuanto al hecho de que un niño presente pesadillas, es totalmente cierto que una pesadilla puede ser lo más normal en un niño y no tener gran trascendencia o estar significando una manifestación de ansiedad, preocupación, inseguridad, miedo incluso acoso escolar o algún tipo de abuso.  

Por tanto TAMBIÉN DEBEMOS PREOCUPARNOS si nuestro hijo de pronto comienza a tener pesadillas de forma continuada. Deberemos valorar si existe algún factor escolar, familiar, social o personal que pueda estar influyendo en dicha situación. Probablemente desde casa nos resulte complejo, pues la mayor parte de estas situaciones o bien no suelen transmitirse en casa de forma directa (acoso escolar, abusos), o bien el propio niño no es capaz de reconocer una situación que le preocupa (ansiedad, miedo, inseguridad…). Sería un buen momento de consultar a un especialista. En un par de sesiones puede valorarse si detrás de esas pesadillas existe algo más o son simplemente unas pesadillas, digamos, evolutivas.

Por tanto, significan algo en tanto en cuanto pueden estar indicando un momento crítico para el niño: separación de los padres, problemas en el Colegio, problemas de relación social, miedo, ansiedad, etc. Pero no tienen por qué significar algo, pudiendo ser algo habitual en el desarrollo del niño. 

7 Claves para Reducir las Pesadillas con tus Hijos

Aunque es preciso estudiar cada situación en concreto y valorar muchos aspectos genéticos y ambientales, estas siete estrategias suelen funcionar muy bien:

  1. Establecer una Rutina de Dormir Consistente: Mantener horarios regulares para acostarse y despertarse ayuda a establecer un ciclo de sueño saludable.
  2. Crear un Entorno de Dormir Tranquilo: Asegúrate de que la habitación del niño sea cómoda, tranquila y segura. Una luz nocturna suave puede ayudar si el niño teme a la oscuridad.
  3. Evitar Estímulos Intensos Antes de Dormir: Limita la exposición a contenidos de televisión, videojuegos o historias que puedan ser emocionalmente intensos o perturbadores antes de acostarse.
  4. Promover Actividades Relajantes: Fomenta actividades relajantes como leer un libro tranquilizador, escuchar música suave o practicar técnicas de relajación antes de dormir.
  5. Dialogar Sobre las Preocupaciones del Día: Habla con tu hijo sobre su día y cualquier preocupación que pueda tener, lo que puede ayudar a reducir la ansiedad antes de dormir.
  6. Respetar y Validar sus Sentimientos: Si tu hijo se despierta de una pesadilla, ofrécele consuelo y asegúrale que está seguro. Validar sus sentimientos y ofrecer seguridad es crucial.
  7. Consultar a un Profesional si es Necesario: Si las pesadillas son frecuentes o extremadamente perturbadoras, llámanos. No mantengas más una situación en la que tu hijo sufre y vosotros, como padres, también.
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Si tienes alguna duda o deseas consultar con nosotros algún aspecto relacionado con las pesadillas de tus hijo o cualquier otra preocupación que tengas, no dudes en llamarnos. Estaremos encantados de asesorarte desde la primera llamada y de indicarte si hay motivo para trabajar con tu hijo o si debemos esperar algún tiempo para valorar la evolución. Te podremos dar algunas pautas a seguir y hacerte un seguimiento sin compromiso alguno por tu parte.

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Artículo escrito por Juan José Millán.

Juan José MIllán Estañ

Juan José Millán es Diplomado en Magisterio, Licenciado en Psicopedagogía y Máster en Neuropsicología Infantil.

Lleva a cabo tareas de Evaluación Psicopedagógica y creación de contenidos en el Podcast Educativo, en su Web personal y en YouTube.

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