qué provoca la ansiedad infantil

¿Qué es la ansiedad infantil? 

En anteriores artículos ya remarcamos la importancia de la salud mental en los más pequeños y su relevancia para desarrollar un estilo de vida positivo. En esta ocasión, ponemos el foco en uno de los trastornos más conocidos y que se dan con mayor frecuencia en nuestra sociedad en general, y en la población infantil en particular: la ansiedad.  

Cabe destacar que la ansiedad por sí misma se trata de una respuesta adaptativa, provocada por nuestro organismo para ponernos en un estado de alerta y prepararnos ante posibles peligros. Por lo tanto, siempre que se sostenga en niveles intermedios de intensidad, se trata de un mecanismo sano cuya función es protegernos. Sin embargo, cuando los niveles de intensidad son elevados y se prolongan en el tiempo, es cuando nos empezamos a encontrar con las dificultades. Unos parámetros de intensidad, frecuencia y duración excesivos pueden provocar que la ansiedad se patologice, lo cual produce consecuencias nocivas tanto a nivel psicológico como fisiológico. 

En el caso de la población infantil, estas consecuencias pueden ser algo más marcadas debido, principalmente, a que los niños aún no han desarrollado unas herramientas que les permitan poder gestionar las emociones de la manera más idónea. Es por ello por lo que se debe prestar atención a los síntomas que se puedan llegar a manifestar, para así poder ayudarles y proporcionarles el conocimiento y las habilidades necesarias para poder hacer frente a la ansiedad. 

¿Cuáles son los síntomas de ansiedad en niños? 

Las causas de la ansiedad surgen de la combinación de factores genéticos y ambientales, lo cual significa que no todos los niños van a presentar ansiedad, y tampoco se va a manifestar de la misma manera en aquellos que sí la padezcan. Sobre los factores genéticos únicamente señalar que existen niños que de base tienen mayor predisposición a padecer este trastorno que otros. 

Donde sí podemos prestar más atención es en los factores ambientales, ya que son los que suelen desencadenar la respuesta desadaptativa. Dicha respuesta puede aparecer ante situaciones de cambio o de peligro que los más pequeños puedan interpretar como algo perjudicial. Estas situaciones no tienen por qué ser necesariamente negativas, sino que pueden ser situaciones de cambio positivo pero que el niño lo traduzca como una amenaza. 

Las situaciones de cambio más comunes en la infancia que puedan desencadenar ansiedad son situaciones como cambios de clase o de curso, cambios de colegio o de ciudad, elevadas tareas escolares, separación de un amigo o separación de sus padres. También cabría destacar aquellas situaciones que impliquen vivencias traumáticas o enfermedades, tanto propios como de personas cercanas. 

Ante este tipo de cambios o situaciones, los más pequeños pueden manifestar síntomas a los que se deben prestar especial atención ya que son los que van a indicar la presencia de un problema. Algunos de los comportamientos y/o síntomas más comunes son: 

  •  Una excesiva preocupación, por motivos diferentes y que se prolonga en el tiempo. 
  • Malestar físico como dolores de tripa o de cabeza, así como náuseas o pérdida del apetito. 
  • Alteraciones en el hábito del sueño, como insomnio o pesadillas, incluso excesivo cansancio. 
  • Orinarse en la cama. 
  • Alteraciones en la atención y la concentración, dificultad para realizar actividades intelectuales. 
  • Hiperactividad en las tareas cotidianas. 
  • Alteraciones emocionales como rabietas, llantos, tristeza, agresividad, etc. 
  • Miedo a la separación y timidez. 
  • No querer ir al colegio o estar con sus amistades. 
  • Aparición de nuevos miedos y preocupaciones que antes no tenía. 

¿Cómo ayudar a un niño con ansiedad infantil? 

En primer lugar, cuando se perciba que la ansiedad en los niños les está afectando de manera más intensa, lo más conveniente es recurrir a la ayuda de una persona especialista que sepa cómo trabajar la ansiedad infantil. A través de la terapia se proporciona a los más pequeños las herramientas necesarias para que puedan aliviar su malestar y afronten de manera más idónea sus miedos y preocupaciones. 

Por otra parte, desde el hogar, también se pueden llevar a cabo acciones que les ayuden y que les reporten beneficios. Una de las principales acciones es crear rutinas fijas, sobre todo en lo relacionado con los hábitos de sueño. Las rutinas hacen que los más pequeños se sientan seguros, y el descanso es fundamental en ellos. Además, como hemos visto anteriormente, las alteraciones en el sueño es uno de los principales síntomas que se pueden dar. Por todo ello, será recomendable establecer unas rutinas fijas de sueño donde se aseguren que duermen todas las horas necesarias para que puedan estar lo suficientemente descansados, un ejemplo de ello es irse a dormir siempre en la misma franja horaria. 

Además de crear rutinas fijas de sueño, otra pauta que les puede reportar numerosos beneficios es incentivarles a ser personas más activas. Para ello se podrán realizar actividades físicas y deportivas, las cuales les permitan gastar energía y mantener su cerebro activo. Asimismo, también se pueden incluir juegos de diversos tipos, aunque se recomienda que sean alejados de las tecnologías para que puedan mantener un papel mucho más activo en ellos. 

Por último, también será recomendable crear espacios de comunicación en los que los más pequeños puedan expresar cómo se sienten. El decir en alto las emociones ayuda a que tomen perspectiva de ellas y las puedan gestionar de manera más fácil. Para ello se les deberá ayudar en el proceso de entender sus propias emociones, escuchándoles y mostrándoles que se les entiende y acepta. 

¿Cuáles son los tipos de ansiedad más comunes? 

Dentro de la ansiedad infantil nos podemos encontrar con distintos tipos, entre los cuales vamos a señalar algunos de los más importantes. 

Por una parte, se puede dar el trastorno de ansiedad generalizada, uno de los más conocidos y que se caracteriza por una preocupación excesiva ante diversas situaciones. También se puede dar el trastorno de ansiedad por separación, en el cual los niños presentan dificultades para estar solos o ir al colegio debido a la fuerte dependencia que han creado con sus figuras de apego. 

Por otra parte, nos podemos encontrar con el trastorno de estrés post-traumático, que se produce tras haber vivido una situación estresante y/o de violencia, y cuyos principales síntomas con las pesadillas y la irritabilidad. Por último, dentro de los trastornos de ansiedad se encuentra el trastorno de pánico, que consiste en periodos intensos de miedo acompañados de síntomas como sudoración o sentimiento de muerte repentina. 

Artículo escrito por

Tamara Ballota

psicóloga

Tamara es psicóloga en el ámbito educativo

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