¿QUÉ ES EL LENGUAJE?

El lenguaje es el medio de expresión humana por excelencia. Tras él se esconden aspectos esenciales de la persona tales como datos acerca de su capacidad cognitiva, imaginación, capacidad de observación de si mismo y del medio que le rodea. El lenguaje es, sin duda alguna, muestra de madurez y desarrollo evolutivo, pero no se limita a estos aspectos, que ya son amplios, sino que, además, nos da muestra del estado emocional, del temperamento, de su grado de adaptabilidad, etc.

El lenguaje es complejo. El proceso de adquirirlo mucho más. Desde el punto de vista del lenguaje como función, encontramos la faceta expresiva por la que el niño comienza a expresar voluntad, interés, asombro y queja, entre muchas otras. Además, el lenguaje tiene una función comprensiva, que se desarrolla en ciertas áreas mucho antes que la expresiva y, gracias a la cual, el niño comprende el significado del «No» de sus padres, su nombre, y tantas otras cosas que desde los primeros meses de vida comienza a aprender.

Para ello es preciso que se desarrollen determinados aspectos:

  • Aspectos de forma: componente fonético, fonológico y morfosintáctico.
  • Aspectos de contenido: relacionado completamente con el componente semántico.
  • Aspectos relacionados con el uso del lenguaje: aspecto pragmático del lenguaje.

Para que estas áreas del lenguaje se asienten y «funcionen» correctamente, necesitaremos de:

  • Ciertos componentes sensoriales: la audición es esencial en este campo.
  • Componentes neurológicos: tales como el procesamiento y ejecución de lectura o habla.
  • Componentes anatómicos: estructuras relacionadas con la respiración y la fonación principalmente.

¿A PARTIR DE CUÁNDO PUEDE VALORARSE?

En la edad preescolar, a partir de los 6 meses, pueden comenzar a observarse muchos indicadores que den información sobre la función comprensiva del lenguaje. También a partir de entonces la función expresiva comienza a poder valorarse. En algunos casos se puede llegar a detectar alguna dificultad en el lenguaje. La mayor manifestación de las alteraciones del habla y lenguaje se observan y se manifiestan en el entorno escolar (guarderías y Colegios), donde educadores y profesores, acostumbrados a ver cada año a muchos niños de esas edades, tienen claro si el desarrollo de un niño en concreto se parece a lo que es habitual, se encuentra por encima de lo esperado, o bien presenta cierto retraso en su desarrollo con respecto a lo habitual. Cuando nos encontramos en este tercer escenario, es momento de desde casa o desde el Centro en que se encuentra escolarizado se realice una derivación para evaluar qué está sucediendo y qué lo está motivando.

ALTERACIONES DEL LENGUAJE

¿CÓMO LAS VALORAMOS?

Lo primero es valorar ciertos aspectos anatómicos de la respiración: calidad de la inspiración y espiración, uso de músculos respiratorios principales y accesorios, ritmo respiratorio y frecuencia respiratoria… Posteriormente es muy importante estudiar la actividad de la laringe y la capacidad y estabilidad de las cavidades fonatorias. Todo ello puede valorarse a modo de screening sin necesidad de empleo de técnicas invasivas. Si observamos indicios de algún tipo de alteración, podremos recurrir a una derivación a un Médico especialista en Otorrinolaringología o cirugía Maxilofacial. Se valorará también la articulación en relación a su edad cronológica y a su ritmo de desarrollo.

Una vez valorado lo anatómico y fisiológico, se trabajará en su habilidad perceptiva (habilidad auditiva y calidad de la audición), habilidad rítmica relacionada con el lenguaje y su capacidad secuencial para el uso de estructuras morfosintácticas.

¿Y DESPUÉS QUÉ?

A partir de este proceso de evaluación, caminamos hacia un proceso diagnóstico que puede ir encaminado hacia diversas situaciones tales como la presencia de:

En todos ellos estudiaremos la implicación en las áreas personal, social, familiar y escolar así como las dificultades que puedan generarse en el desarrollo conceptual, función simbólica, percepción espacial, planificación jerárquica (con especial atención a los procesos de secuenciación temporal) y a las implicaciones de la memoria en el lenguaje. 

CAUSAS Y CONSECUENCIAS

Es importante valorar qué causas están participando en la situación en la que nos encontramos. Entre las más habituales solemos encontrar, entre otros:

  • Falta de estimulación hacia el lenguaje en su ambiente
  • Algún tipo de dificultad o problema relacionado con la alimentación
  • Inestabilidad emocional
  • Estados de ansiedad elevados o superiores al rasgo
  • Déficits gnósicos,
  • Dificultades atencionales
  • Dificultades relacionadas con la memoria.

¿QUÉ SUCEDE SI NO TRATAMOS LAS ALTERACIONES EN EL LENGUAJE?

Atender estas alteraciones del lenguaje precozmente es una gran inversión, ya que no antenderlas o dejar pasar por alto alguna de ellas podrá generar problemas en la conducta, alteraciones en los procesos comunicativos. Además, influirá radicalmente en los procesos de acceso a la lectura y a la escritura y, consecuentemente, será causa de dificultades de aprendizaje, ya que la ruta de acceso del objeto de conocimiento es el lenguaje, y las dificultades no tratadas de éste, dificultarán su rendimiento escolar.

INTERVENCIÓN

La mayor parte de las dificultades o alteraciones del lenguaje tienen solución, sencilla y relativamente corta. Dependiendo de la valoración inicial podemos necesitar desde un par de sesiones hasta varios meses, en los que observará importantes avances. Nuestra filosofía hace que formemos a los padres y que sean participantes activos de las sesiones. En muchos casos la práctica y el entrenamiento son esenciales, por lo que si ustedes aprender a reeducar cierta alteración, podrán garantizarle a su hijo una estimulación continua.

No hay que alarmarse. Lo primero es valorar si es algo normal que forma parte de un desarrollo más lento al del resto de niños (aspecto que no debería preocuparnos en absoluto ya que cada niño tiene un ritmo diferente que debemos respetar) o si por el contrario, existe algún rasgo característico de alguna dificultad o alteración anatómica funcional.

Nuestro consejo siempre es consultar con el profesional adecuado antes de preocuparse. La ansiedad de los padres y la preocupación influirán sobremanera en el desarrollo del niño. Además, ¿por qué preocuparnos si no tenemos motivo para ello? No lo dude, ante cualquier sospecha contacte con un profesional para que resuelva sus dudas y le indique si procede realizar una valoración o no.

Nosotros quedamos a su disposición si considera necesario consultarnos cualquier aspecto relacionado con cualquier duda o preocupación que pueda tener. Le asesoraremos sin compromiso alguno y sin coste desde la primera llamada.

Si quiere consultarnos cualquier cuestión, hágalo a través de las líneas 605.075.646 – 605.075.649. Estaremos encantados de charlar con usted.