En diferentes ocasiones hablamos de madurez visomotora, de coordinación visomotora y de procesos visomotores. Es un tema que tiene una gran trascendencia a la hora de adquirir las competencias escolares y que participa con gran peso en la aparición de dificultades de aprendizaje. Vamos a hacer un repaso rápido y sencillo a este tema a fin de mostrar su importancia y la necesidad de perseguir una integración visomotora eficiente. 

¿QUÉ ES LA COORDINACIÓN VISOMOTORA?

De una forma rápida y sencilla de explicar y comprender, la coordinación visomotora da respuesta a la gestión de los movimientos corporales a partir de la propia visión. La escritura se produce a base de movimientos de los dedos. 

En lo que compete a nuestra disciplina de trabajo, nos centramos en los procesos relacionados con la visión y la motricidad manual. Una de las formas de valorar la madurez de estos procesos visomotores reside en evaluar la capacidad de copia de diferentes imágenes, trazados, formas y dibujos. 

Algunas formas de evaluar la coordinación visomotora

Existen diferentes formas de hacerlo. Desde el aula o desde casa, podemos hacernos una idea de cómo han madurado estos procesos visomotores en nuestros alumnos o hijos a partir del simple copiado de figuras y formas. Nos podrán dar una idea, en especial, si pretendemos realizar una comparación de su nivel de desarrollo visomotor con respecto a otros hijos o primos, o a otros estudiantes. Estas impresiones recogidas pueden ser de interés de cara a ofrecer información a los profesionales que vayan a realizar una evaluación del niño en cuestión. En nuestro ámbito de trabajo hacemos uso de diferentes pruebas. Os contamos algo sobre las más empleadas:

TEST GESTÁLTICO VISOMOTOR – TEST DE BENDER

Esta prueba es una de las principales a la hora de realizar una medida de la madurez visomotora. Ofrece una amplia información sobre indicadores neurológicos, emocionales y cognitivos. Es una prueba sencilla que no lleva mucho más de 10 minutos en su aplicación y que nos da una información de gran relevancia. Algo muy valioso de esta prueba es que nos ofrece datos cuantitativos (edad de desarrollo) y cualitativos (presencia de ansiedad, de dificultades emocionales y posible alteración orgánica). 

REY – Test de copia de una figura compleja

Otra de las herramientas más empleadas junto al test de Bender y al TRVB de Benton, es este test de REY, consistente en copia y reproducción de figuras de estructuras complejas. Nos ofrecerá tras su interpretación, una serie de indicadores neurológicos y cognitivos como base a alteraciones perceptivas, motoras y memorísticas. también permite ofrecer una estimación sobre la edad de desarrollo. 

Implicación académica de las dificultades visomotoras

Una de las implicaciones más visibles en estudiantes con problemas visomotores se dejará ver a partir de su letra, de su grafía. La dificultad en realizar ángulos, zonas curvas en las palabras, etcétera. Será muy importante que el profesional pueda realizar una valoración diferencial respecto a la motricidad fina, y ver qué parte de estas dificultades encuentran su respeusta en la coordinación visomotora y qué parte en la motricidad  fina (o gruesa). 

Encontraremos dificultades también a la hora de realizar juegos manuales, a la hora de recortar, cuando coloreemos dibujos.

¿Podemos mejorar la coordinación visomotora?

Una vez evaluadas las dificultades presentes y realizada la evaluación diferencial, es decir, una vez que hemos concretado bien dónde está y dónde no está la situación problema, efectivamente sí, hay que ponerse manos a la obra de cara a mejorar los procesos visomotores. 

NUESTRA INTERVENCIÓN EN REEDUCACIÓN VISOMOTORA

Desde el año 2006 trabajamos en la reeducación de las diferentes dificultades d aprendizaje que concursan en la vida de un escolar. Las dificultades visomotoras, según hemos podido observar en nuestros años de experiencia, da respuesta o es parte esencial y común a muchas de las dificultades escolares. 

Dado nuestro carácter multidiscipliar, ofrecemos un enfoque de intervención en visomotricidad que combina psicopedagogía y neuropsicología, obteniendo unos resultados progresivos desde el día uno y logrando, en un tiempo más que aceptable, grandes cambios en la visomotricidad. 

Una de las claves se centra en el diseño individualizado de las sesiones a partir de la evaluación, sin duda no existen dos niños con la misma dificultad, por tanto, no es posible generar impacto y transformación con el mismo método, por lo que una evaluación apropiada nos permitirá adaptar al 100% el trabajo de intervención. 

La otra parte del éxito se basa en que dicho trabajo estará presente todos los días de la semana, estemos o no realizando el proceso de intervención, mediante lo que denominamos trabajo de continuación a las sesiones. 

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