La fluidez léxica, a nivel pragmático, representa una herramienta esencial para los escolares, pues permitirá al estudiante mantener conversaciones de forma clara y ordenada. Para ello, deberá ser capaz de establecer nexos entre ideas, palabras, frases y dar fluidez a su discurso.
La fluidez léxica viene determinada por la producción de palabras que se produce a nivel cognitivo. Dicha producción requiere de la puestas en marcha de procesos de elaboración de estrategas que no suelen emplearse habitualmente, ya que en muchas ocasiones, se solicita al estudiante que indique una lista de palabras que empiecen por un sonido, que lo contenga o que termine por el mismo, cuando lo habitual en el proceso verbal tiende a ser un proceso estratégico más relacionado con el componente semántico. Estos procesos fonológicos, según diferentes estudios, están dirigidos por el lóbulo frontal.