La forma de estudiar, la manera en la que organizamos el estudio y los materiales, el uso de resúmenes y de esquemas, etc., en muchas ocasiones supondrá una ventaja o una dificultad en función de nuestra memoria de trabajo y de nuestras “preferencias” perceptivas, así como de la capacidad para percibir estímulos visuales icónicos, numéricos, en forma de letras, etc.