En este artículo, Claudia Bela, nos cuenta los aspectos más relevantes y significativos de la Pedagogía al Aire Libre.
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¿Qué es la Pedagogía al aire libre?
La educación al aire libre es una propuesta pedagógica que entiende el proceso de enseñanza-aprendizaje como un proceso vivo, dinámico y enriquecedor.
Utilizando como “aula” o espacio educativo la propia naturaleza, pretende despertar los sentidos y promover la curiosidad por aprender a través de la exploración, la experimentación y el juego libre.
Esta propuesta educativa puede ponerse en práctica con cualquier grupo de edad adaptando las actividades en función de los objetivos del grupo, ¡y tiene numerosos beneficios! Sigue leyendo para descubrirlos:
¿Cuáles son los beneficios de la educación al aire libre?
Educar al aire libre ofrece numerosos beneficios a nivel físico, cognitivo y emocional, estos son algunos:
A nivel físico:
- Promueve el desarrollo psicomotor al enfrentar a la infancia a diferentes retos motrices como saltar, trepar, correr, manipular objetos…
- Ayuda a fortalecer el sistema inmunitario: estar en contacto con el sol favorece la producción de Vitamina D y enfrentar al cuerpo a entornos naturales enriquece la microbiota cutánea e intestinal.
- Previene el sedentarismo y el sobrepeso infantil: recordemos que un 28,55% de la población entre 2 y 17 años en España tiene exceso de peso.
A nivel cognitivo:
- La exposición a zonas verdes está asociada a una mejora de la atención y la memoria de trabajo.
- El juego libre en la naturaleza ofrece situaciones en las que los niños han de explicar sus propias normas de juego, llegar a un consenso, resolver conflictos… ayudando así a desarrollar sus habilidades comunicativas y sociales.
- Estimula la creatividad: la naturaleza ofrece infinitas posibilidades donde el límite lo marca la imaginación.
A nivel emocional:
- Promueve un mayor bienestar psicológico: reduce los estados de estrés y ansiedad.
- Aumenta la cooperación y empatía, observándose una reducción de los conflictos.
- Ayuda a mejorar la autoestima y el empoderamiento pues las tareas que se plantean no son solo cognitivas, por lo que todas las niñas y niños tienen la oportunidad de explorar sus habilidades físicas, intra e interpersonales, su creatividad, etc.
¿Qué actividades pedagógicas se pueden realizar al aire libre?
Prácticamente podemos realizar al aire libre todo lo que realizamos en el aula (que no requiera estar conectados a una fuente de corriente, como un ordenador o proyector). Esto se puede tomar como una oportunidad de desconectar con los dispositivos electrónicos.
Las actividades deberán adaptarse en función del grupo de edad y de los objetivos del alumnado. Además, habrá que prestar una especial atención a realizar una análisis del riesgo, lo cual no nos debe paralizar o impedir realizar estas actividades, simplemente conocer y gestionar los posibles riesgos de estar al aire libre.
En la naturaleza podemos realizar desde tareas más curriculares como lengua y matemáticas hasta desarrollar habilidades blandas o soft skills en grupo. Por ejemplo, podemos utilizar elementos naturales como palos o piedras para trabajar la lectoescritura y las matemáticas, también podemos estimular las habilidades de investigación del alumnado en asignaturas como ciencias de la naturaleza o física y química utilizando situaciones reales como ejemplos prácticos que tengan que resolver. También se pueden hacer numerosos juegos que desarrollen la creatividad del alumnado, como crear un mandala o realizar un mural con elementos naturales. Por último, se pueden estimular las habilidades motrices, sociales y emocionales del grupo a través de juegos y dinámicas lúdicas.
¿Cómo influye la naturaleza en la educación?
En un mundo que cambia a gran velocidad, marcado por la productividad, las competencias y los resultados, la pedagogía al aire libre propone volver a la esencia más profunda de la infancia. A través del contacto con la naturaleza, pretende recuperar la curiosidad que tanto caracteriza a las primeras etapas de la infancia, y que puede quedar “anestesiada” cuando se realiza un uso (en muchos casos abusivo) de las pantallas y los dispositivos electrónicos.
Algo tan simple como desempeñar parte de la jornada educativa al aire libre no puede competir contra las atractivas e innovadoras metodologías que se encuentran en auge a día de hoy con el objetivo de modernizar la educación. Sin embargo, esta propuesta es mucho más accesible (y gratuita) para que todas las personas puedan ponerla en práctica y sentir sus beneficios.
Por último, educar en la naturaleza y pasar tiempo en ella, además de ser divertido y enriquecedor, ayuda a desarrollar un vínculo de apego y empatía por el medio natural. Este vínculo se traduce en una mayor conciencia medioambiental, inclinando a las futuras generaciones hacia la protección de la naturaleza, tan necesaria frente a la crisis climática que estamos enfrentando.
Artículo escrito por
Claudia Bela
Pedagoga y Master en neuropsicología y educación