condiciones óptimas de almacenamiento (codificación) y posteriormente lo introducimos en un silo de grano (almacenamiento), confiados que cuando lo necesitemos ahí estará. Hemos realizado todos los procesos de forma rigurosa y con éxito. Al irnos, confiados que ahí tendremos grano para cuando lo necesitemos, no nos fijamos en el camino que hay que hacer para llegar al silo, en dónde hemos dejado la llave del hangar y tampoco recordamos bien dónde está la llave del silo. Incluso no nos hemos fijado dónde está la puerta…. en definitiva: hemos cosechado (aspectos previos), hemos preparado el grano (codificación) y lo hemos guardado a buen recaudo (almacenamiento), pero no hemos prestado importancia a cómo llegar al hangar ni al silo, a sus llaves, a las puertas (claves de recuperación), por lo que cuando necesitemos grano, sabremos que ahí está, pero no podremos usarlo. Así sucede con nuestra memoria: nos empeñamos en aprender cosas, sabérnoslas a las mil maravillas, pero no prestamos atención a cómo vamos a hacer para llegar hasta aquello que hemos memorizado. No fijar claves de recuperación es la respuesta al por qué muchos estudiantes no son capaces de lucir en los exámenes aunque aseguran haber estudiado horas y sabérselo muy bien casa (totalmente cierto en muchos casos). También da una explicación a frecuentes olvidos o a la incapacidad de recordar fechas, por ejemplo, listas, etc.