En este artículo, Ana Belén Benito nos cuenta todos los aspectos relacionados con las dificultades en el proceso atencional y cómo intervenir educativamente en ellas.

Dificultades en la atención

Las dificultades de atención normalmente van de la mano de problemas neurobiológicos que dan respuesta a la pregunta que nos hacemos cuando los niños tienen cierta dificultad para llevar a cabo tareas cotidianas que requieren un mínimo de atención.

 A continuación, se presentan las principales alteraciones neuropsicológicas que afectan a dicho proceso (Lubrini, Periañez y Ríos Lago, 2009):

  • Alteraciones de alerta y atención focalizada:  consecuencia de un estímulo, ya sea interno o externo. Puede provocar una alteración mayor como el coma o pequeñas y más habituales como la desorientación, falta de respuesta de reflejos, somnolencia, etc.
  • Alteraciones de la vigilancia y la atención sostenida: cuando la falta de atención viene provocada por una lesión cerebral, es probable que la persona se muestre cansada a la hora de realizar actividades monótonas. 
  • Alteraciones de la atención selectiva: el sujeto puede presentar conductas muy rígidas y puede causar la incapacidad de distinguir entre qué estímulos externos.

  • Alteraciones de la atención alternante: existen dificultades para cambiar el foco atencional de un estímulo a otro según demanda.

  • Alteraciones de la atención dividida: dificultad para desarrollar diferentes tareas al mismo tiempo, convirtiendo actividades que antes eran automáticas en actividades que deben ser controladas.

Estas alteraciones en el ámbito educativo se reflejan en la distracción de los alumnos que las padecen, ya que los alumnos suelen focalizar su atención en sus propios pensamientos o en diferentes estímulos que muestra el entorno en el que se encuentran.

Factores que afectan a la atención

Todas las variables que afectan de manera directa al funcionamiento de nuestro proceso atencional se denominan factores determinantes. Estas pueden dividirse en factores externos como:

  • Las características de los estímulos del medio ambiente, como puede ser la intensidad, el tamaño, posición, color, movimiento, etc.
  • El nivel de dificultad de la tarea que se vaya a realizar.

O factores internos, destacando:

  • La motivación e interés personal.
  • El estado emocional ante una situación determinada.

Es necesario mencionar una serie de estados transitorios que pueden alterar el proceso atencional, siendo estos el ruido abundante, la falta de sueño y el uso de psicofármacos.

Para trabajar sobre el proceso atencional es necesario incidir en el resto de los procesos cognitivos como son la memoria, las funciones ejecutivas y/o la orientación.

Puede ser a través de principios- guía cómo la fundamentación teórica veraz que consiste en presentar una serie de tareas de forma gradual y flexible, teniendo en cuenta la dificultad de la mismas.

Para poder realizar este trabajo hay que tener en cuenta las siguientes estrategias:

  • Entrenamiento directo: consiste en realizar tareas de repetición para la adquisición y consecuente aprendizaje de los procesos atencionales.

  • Entrenamiento inespecífico: se trata de realizar una serie de tareas que requieren un nivel de concentración bajo, con el objetivo de usar únicamente la atención sin implicar otros procesos.

  • Entrenamiento indirecto: está basado en fortalecer aquellos procesos atencionales que hasta el momento están siendo efectivos. De esta manera se busca un equilibrio entre los procesos que están menos desarrollados.

  • Entrenamiento específico: está centrado en trabajar todos los aspectos en los que se presenta mayor dificultad, con el propósito de poder mejorar en los mismos.

Artículo escrito por

Ana Belén Benito Pedagoga

Ana Belén Benito

PEDAGOGA ESPECIALISTA EN EDUCACIÓN ESPECIAL

Ana Belén Benito lleva a cabo funciones pedagógicas y Apoyo Escolar Especializado en Área 44.