En esta entrada, Alicia Rodríguez nos explica en qué consiste la el rendimiento académico, cómo influyen la salud mental en este y la relación entre la depresión infantil-adolescente y el rendimiento escolar.

¿Qué es el rendimiento escolar?

El rendimiento educativo o escolar es la evaluación integral de los logros y resultados obtenidos por los estudiantes en su proceso de aprendizaje y desarrollo académico, abarcando aspectos como conocimientos, habilidades, competencias y actitudes.

Esta evaluación busca medir el nivel de aprendizaje alcanzado, así como la capacidad de aplicar el conocimiento adquirido en contextos académicos y prácticos.

¿Cómo influye la salud mental en el rendimiento?

La salud mental juega un papel fundamental en el rendimiento escolar de los estudiantes, independientemente de la edad que tengan. A rasgos generales, existen múltiples formas en las que la salud mental puede afectar el desempeño académico de un estudiante.

Por ejemplo, los problemas de salud mental como la ansiedad, la depresión o el estrés pueden mermar la capacidad de concentración de los estudiantes, disminuyendo su atención y provocando una disminución en la capacidad para procesar información.

Los problemas de salud mental, en concreto la depresión, también pueden generar emociones negativas en los estudiantes, como tristeza, ira o frustración, lo que puede interferir en el proceso de aprendizaje.
Este malestar emocional constante puede distraer a los estudiantes y dificultar su capacidad para participar de forma activa en el aula y comprometerse con las actividades académicas.

Por otro lado, la salud mental también puede influir en las relaciones sociales de los estudiantes, lo cual también puede tener un impacto negativo en el rendimiento escolar.
Los problemas de salud mental pueden llevar a dificultades para establecer y mantener relaciones con los compañeros y profesores, lo cual puede afectar a la colaboración y participación en el aula.

Depresión infantil y rendimiento académico

La depresión infantil puede manifestarse de distintas formas, como la falta de energía, la tristeza persistente y la pérdida de interés en actividades que antes resultaban placenteras.

Estos síntomas pueden dificultar la concentración necesaria para el aprendizaje en el entorno escolar, disminuyendo así el rendimiento académico.

La falta de interés en el aprendizaje y la falta de energía pueden llevar a un menor esfuerzo en las tareas escolares, disminución de la participación en clase y una falta de cumplimiento con las responsabilidades académicas.

Como resultado, los niños pueden experimentar una caída de las calificaciones y un rendimiento general bajo en el colegio.

Además, la depresión puede afectar negativamente a la autoestima y la confianza de los niños, lo que puede llevar a sentimientos de inseguridad y dudas sobre sus habilidades académicas.

Estos pensamientos negativos pueden influir en la percepción de sí mismos como estudiantes y generar una actitud derrotista hacia el aprendizaje.

Depresión en adolescentes y rendimiento académico

Durante la adolescencia, en jóvenes con depresión, seguimos encontrando los mismos problemas de rendimiento académico que se observa en niños con depresión.

En la adolescencia distintos estudios apuntan que la depresión está relacionada con diversas problemáticas en el ámbito escolar, entre las que destacan un bajo rendimiento académico, poco entusiasmo frente al trabajo escolar y sentimientos de incapacidad a la hora de afrontar las exigencias académicas, junto con baja autoestima y expectativas negativas sobre el éxito académico.

Por otro lado, distintas investigaciones defienden que existe una gran relación entre la depresión en adolescentes y un bajo rendimiento académico en materias como Matemáticas, Lengua y lenguas extranjeras (inglés o Francés).

Se considera un factor clave en casos de depresión adolescente el tener un buen ambiente familiar. Relaciones familiares positivas potencian aprendizajes de habilidades sociales que se relacionan con mayores recursos de apoyo social y autoestima escolar, siendo entonces este aspecto un factor protector que previene un bajo rendimiento académico por depresión. 

Por último, es importante comentar que los adolescentes con depresión deben recibir un apoyo adecuado en el ámbito escolar, así como fuera de él para cuidar de su salud mental.

Los profesores y orientadores desempeñan un papel crucial brindando un ambiente de apoyo y comprensión al adolescente.

También, al abordar la depresión de manera afectiva, se puede ayudar a los adolescentes a superar los obstáculos que enfrentan en su rendimiento escolar, promoviendo un entorno que fomente su bienestar emocional y académico.

Artículo escrito por

Alicia Rodríguez Área 44

Alicia Rodríguez

PEDAGOGA Y PSICOPEDAGOGA

Alicia Rodríguez es Pedagoga y Psicopedagoga y realiza tareas de Intervención Psicopedagógica en Área 44