IMPULSIVIDAD INFANTIL

¿A qué nos referimos al hablar de Impulsividad Infantil?

Al hablar de impulsividad Infantil hacemos referencia la dificultad que muchos niños presentan a la hora de inhibir a ciertas conductas tales como reflexionar antes de hacer o decir algo o esperar el turno (para hablar, entrar en un sitio, participar en un juego…). En muchas ocasiones impulsividad se confunde con mal comportamiento. ¿Son lo mismo? No, pero sí es cierto que una conducta impulsiva puede interrumpir a un profesor, molestar a los compañeros, generar errores en las respuestas de un examen, y en casa ofrecer a los padres una conducta de incumplimiento continuo de normas. Lógicamente, ante estas conductas, pueden aparecer algunas dificultades sobrevenidas:

  • Si el profesor se ve interrumpido a cada momento por ese alumno, acabará pensando que es un alumno que molesta en clase y probablemente sea expulsado con frecuencia de clase o se le puntúe negativamente su actitud.
  • Si los compañeros se sienten molestos continuadamente por estas conductas impulsivas, es posible que comience a generar cierto rechazo social entre su grupo clase y se produzcan otro tipo de problemas secundarios a esta impulsividad.
  • Los fallos en los exámenes o ejercicios de clase por dar una respuesta precipitada (impulsividad cognitiva) puede llevar a que el estudiante, pese a conocer de sobra los contenidos del examen o saber realizar perfectamente ese tipo de ejercicios, obtenga malas calificaciones.
  • Igualmente, en casa puede que se le regañe por incumplimiento de normas (casi igual que en clase).

Finalmente encontraremos a un estudiante que, debido a su impulsividad, puede estar teniendo expulsiones del aula, notas negativas de comportamiento, problemas sociales, malas calificaciones y conflictividad familiar.

¿Servirá de algo llevar a cabo un plan de modificación de conducta para el aula? Sí y no. Habrá que entrenarle en ciertos aspectos pero no es un niño con mala conducta, se trata de un estudiante impulsivo. ¿Habrá que enseñarle habilidades sociales? Habrá que valorarlas, sin duda alguna, pero probablemente tenga  buenas habilidades sociales, no obstante, ellas no son las responsables de esta situación; lo es su impulsividad. ¿Habrá que ofrecerle clases particulares, refuerzo académico, técnicas de estudio…? Si sabemos que ha estudiado bien y conoce bien los contenidos, ¿tendría sentido? Tendremos que ayudarle a reducir su conducta impulsiva.

Una vez más observamos que un buen proceso de evaluación es realmente esencial de cara a poder analizar cuáles son las necesidades de cada estudiante.

¿Qué podemos hacer desde casa?

  • Enseñanza vicaria o modelado conductual: Es una estrategia que se realiza mucho en el campo clínico, no obstante, desde casa podemos hacerlo también. Tan sencillo como mostrar nuestro ejemplo a nuestros hijos. Vamos a ver cómo hacerlo… Si en casa nos enfadamos por algún motivo, vamos a pensar que tenemos la gran oportunidad de enseñar a nuestro hijo impulsivo cómo reaccionar:
    • Le pediré que preste atención y se lo explico: «Ahora me he enfadado por este motivo….»
    • Le explico qué podría hacer si no reflexionara acerca de las acciones a llevar a cabo, y le pediríamos a nuestro hijo que expusiera las consecuencias que tendrían esos actos.
    • Posteriormente le explicamos que hemos llevado a cabo otra conducta sin consecuencias negativas para nadie porque hemos reflexionado y hemos dejado un tiempo para pensar bien cómo responder ante nuestro enfado.
  • Consecuencias muy claras a conductas bien definidas: «Le dijo la madre a Javier (de 7 años de edad) que ordenara su cuarto. Javier metió toda la ropa a empujones en el armario y puso debajo de la cama todas las cosas que había de forma desordenada. Cuando la madre de Javier vio lo que había hecho, le castigó 1 semana sin salir a jugar al parque». ¿Nos parece normal? No sé si normal o no, pero conductualmente es un cúmulo de errores uno detrás de otro. Empecemos por definir bien las conductas. Javier hace lo que considera que es ordenar el cuarto. ¿Se lo ha explicado antes su madre? Si no lo ha hecho Javier está cumpliendo la orden según cree que debe hacerlo. Si la conducta ha sido bien definida quizá nos esté tomando el pelo… esto es otro tema más cercano a desobedecer y retar (nos ocuparemos de ello más adelante). ¿El castigo es congruente? No. Ni es una consecuencia inmediata, ni es proporcional, y tampoco se había advertido. Al castigar nos equivocamos muchas veces. El castigo debe ser conocido de forma previa, ser inmediato (si no carece de valor absoluto) y ser justo y proporcional. Nosotros recomendamos que se haga más uso del refuerzo positivo, que funciona muy bien, en vez del castigo, pues es realmente fácil equivocarnos al castigar.
  • Autoinstrucciones: Imaginemos que nuestro hijo es muy impulsivo a la hora de jugar con amigos en el parque. Llega al parque y a los cinco minutos ya ha tenido varios problemas por querer subirse a sitios donde otros ya estaban subidos, querer jugar con los juguetes de otros niños, etc… Bueno, pues aquí están las autoinstrucciones. Consisten en fragmentar las conductas. Antes de ir al parque le explicaremos qué tipo de problemas suele tener. Nos centraremos en uno por día (no intentemos cubrir todo de golpe, será un fracaso). Siempre van adaptadas a la edad y al grado de impulsividad de cada niño, pero un ejemplo válido para un niño de 7-8 años podría ser el siguiente:
    • Javier, vamos a ir a jugar al parque… ¿Te acuerdas que a veces te enfadas con otros niños porque quieres jugar con sus juguetes? Intenta hacer estas cosas que te voy a contar y ya verás como con esto no hay problemas:
    • Cuando quieras coger algo, primero piensa si hay otra persona que lo está usando.
    • Si no lo está usando nadie, busca a su dueño.
    • Cuando encuentres al dueño, pídele que te lo deje de forma educada.
    • Si te dice que sí, juega con ello tranquilamente.
    • Si te dice que no, piensa que a veces tú tampoco quieres que otros jueguen con tus juguetes.
    • Si crees que vas a enfadarte o a coger las cosas sin permiso, ven a decírmelo a mí antes de hacerlo y veremos la mejor forma de solucionarlo

¿Cuándo acudir a un especialista?

La impulsividad, como hemos visto, puede generar problemas personales, académicos, familiares y sociales en los niños. Cuando la impulsividad únicamente toca una de estas esferas (sólo genera problemas en una de ellas) puede intentar trabajarse desde casa contando con que la madurez también haga su parte (que seguro que lo hará). Cuando afecta a más de una (tiene problemas en dos áreas) hay que plantearse consultar a un especialista. Consultar no supone iniciar un tratamiento. A partir de tres áreas afectadas sí será preciso valorar qué está sucediendo y qué factores están concursando para que entre todos (el apoyo familiar es esencial), podamos ayudar a nuestro hijo a resolver esta situación.

¿Cómo trabajamos nosotros con niños impulsivos?

Cuando unos padres contactan con nosotros y nos transmiten su preocupación por algo que identificamos como impulsividad, mantendremos una charla telefónica a fin de poder obtener tanta información como sea posible. Ofrecemos unas pautas telefónicas y, si afecta a dos o más áreas, una cita inicial. Una vez valorada la situación, ofrecemos estrategias para la familia, al propio niño, al Colegio y a otras personas o entidades de referencia a fin de lograr que todos trabajemos en la misma línea.

Si desea consultar con nosotros, no dude en hacerlo. Estaremos encantados de asesorarle.

Artículo escrito por

Juan José MIllán Estañ

Juan José Millán

Maestro, Licenciado en Psicopedagogía

Juan José Millán es Director de la Institución. Además de las tareas de gestión, desarrolla su actividad en Evaluación e Intervención con niños y adolescentes y formación y asesoramiento a familias